¡Inocente! ¡Inocente!

dia de los inocentes

Si le dices a tu madre que quieres ser artista, el susto va a ser grande pero si le dices que además quieres ser humorista, ve llamando a la ambulancia.

Los cómicos están bien vistos porque nos hacen reír, nos entretienen… pero serlo es otro tema. Las madres (o cualquier otro familiar) no ven con buenos ojos que su hijito del alma se dedique a ser bufón.

Tranquilo, si para ti las bromas son lo que a un motero los tatuajes, estas de suerte porque hoy es… ¡el día de los Santos Inocentes! Vale, tú lo conoces como el día de “putea a quien te dé la gana sin reprimenda alguna”.

Todos conocemos la típica bromita del muñeco de papel pegado a la espalda del primer despistado que pase pero por favor seamos más originales esta vez.

La espuma de afeitar en la mano mientras tu hermano duerme está bien pero es demasiado previsible. Cambiar la sal por el azúcar está bien como broma, pero cuidado, seguramente la comida también debas comerla tú.

Desde Diaries of a Globetrotter propongo algunas bromas clásicas pero reinventadas, estrújate las neuronas que merece la pena las risas que te vas a echar.

Normalmente cuando vas por la calle y un amigo pisa el regalito del chou chou de tu vecino tú no puedes evitar la risa floja y las bromas que se prolongaran durante días. Pues bien, que tal si compras un espray que simula las heces y lo pones en la puerta de entrada de un edificio, en el tirador del coche de tu amigo (en el de tu padre es más arriesgado).

Si con la crisis no te da ni para el espray, no te desesperes que con harina y cacao en polvo (y agua) te saldrá un mejunje parecido.

Hay quien prefiere ensañarse con la novia o hermana. Para ellas os propongo la broma que las grandes mentes masculinas de Gandía Shore patentaron. El chascarrillo en cuestión necesita de cacao en polvo y un simple secador de pelo, solo tienes que poner el cacao en el interior del secador y esperar a que sea usado. Aviso: el cabreo puede ser monumental y la venganza terrible.

Cambiar la hora del despertador es una de las bromas más conocidas y la que mejor resultado da. Por su simpleza o por lo mucho que fastidia despertarse antes de la hora, da una placentera sensación de poder. Eso sí, hoy ya no puede hacerse esta broma a no ser que le pongas el despertador a alguien mientras duerme la siesta (typical spanish).

Que sí, que sí, que hay bromas míticas que no he nombrado; la mano en el vaso de agua mientras duermes, desenroscar el salero, poner pasta de dientes en el champú… pero desde aquí os invito a participar en una broma no apta para cardiacos o hipertensos. El miedo es la parte esencial y solo necesitas un interruptor de la luz y un ser despistado (los encuentras hasta debajo de las piedras):

Paso 1: colócate en una habitación transitada con la luz apagada.

Paso2: posa tu mano sobre el interruptor.

Paso3: espera a que alguien vaya a esa habitación y quiera encender la luz.

Paso 4: prepara tus oídos para el grito de terror y tu garganta para las risas.

 

Sobre todo no olvides decir eso de ¡¡INOCENTE!! 

¡Opina libremente!