(No estoy loca, lo juro. Puedo probarlo)
Esta frase la oyes cuando o bien realizas un acto con gracilidad o bien todo lo contrario. He aquí una de las maravillas de las frases hechas y de los dobles sentidos: la leche.
Desde que tienes uso de razón recuerdas desayunar leche con cereales, «sobaos»… y toda clase de bollería sana. Recuerdas el proceso de obtención de la misma gracias a las clases de conocimiento del medio. Tienes nociones básicas de su composición gracias a biología y química. Cuando alcanzas la bella etapa del acné te descubres a ti mismo y a la facilidad que tu cerebro tiene de hacer chistes con tan dichoso líquido. Sigue leyendo